24 ago 2010

Sexo a escala industrial

La mayoría de los juguetes eróticos que se venden en el mundo proceden de destartaladas factorías chinas donde se fabrican rutinariamente.
Gracias a los jornales irrisorios que cobra su abundante y baratísima mano de obra, China se ha convertido en la «fábrica del mundo», en el lugar del que proceden todos los artículos que consumimos en nuestra vida cotidiana.


La mayoría de consoladores, anillos vibratorios, muñecas hinchables y demás juguetes íntimos para el placer se fabrican en la provincia industrial de Guangdong (Cantón), situada al sur del país y fronteriza con Hong Kong. En la ciudad de Dongguan, uno de los principales centros manufactureros de China próximo a Shenzhen, ha habido en los últimos años una auténtica eclosión de fábricas de objetos sexuales.

Una de ellas es la compañía Danny, que el año pasado exportó material por más de siete millones de euros y cuenta en su plantilla con 200 trabajadores – la mayoría mujeres – que ganan un sueldo mensual de unos 200 euros por jornadas diarias de 10 horas. Cada mes, Danny fabrica 800.000 anillos vibradores y 50.000 consoladores.

Derribando sin saberlo el mito del «latin lover», el director de la fabrica revela que «España es un gran mercado donde tengo diez clientes, sobre todo concentrados en Madrid y Barcelona, que el año pasado me hicieron pedidos por valor de casi 1,5 millones de euros».

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